martes, 1 de febrero de 2011

Bago

Ya al día siguiente cogimos un pick up que nos llevó a la intersección dónde pasan los buses dirección Yangon-Bago, en nuestro caso nos dirigíamos a Bago. Trece horas de bus y a las tres de la madrugada ya estábamos ahí. Desayunamos en el típico bar-cafetería birmano, fue muy interesante ver como cocinaban a primera hora todos los platos típicos como las semosas, las porras y derivados que ya no sabemos ni como se llaman, sólo podemos decir que están muy sabrosos. pasamos varias horas esperando a ver a los monjes. Pasamos varias horas en dicha cafetería ( por nombrarla de alguna manera), niños de unos diez años levantandos para trabajar a las tres de la mañana, da bastante pena ver como se quedan dormidos por cualquier esquina pero la verdad es que no vimos en ningún momento que se les tratara mal, suponemos que son cuestiones culturales, que todos los hombres trabajan desde muy pequeños y muchos de ellos cuando ya son adultos no se les ve trabajando con la misma intensidad ni mucho menos...

las famosas "porras" 

Tal y como nos recomendó Miguel nuestro único propósito de visita en Bago era ver como los monjes recolectaban comida al amanecer, fue interesante ver la larga hilera de monjes rodeando las calles de la ciudad.


Dejamos caer las horas de sol y sobre las tres de la tarde salimos a pasear por la ciudad y ver demás algún que otro buda gigante reclinado y más pagodas. La verdad es que después de haber visto pagodas increíbles, budas majestuosos y demás ya no teníamos muchas más ganas de visita culturales. Vimos los principales monumentos de la ciudad y ya de vuelta al hostel un hombre con una sonrisa de lado a lado nos invitó a sentarnos en el típico lugar con sillitas y mesas de miniatura.
Nos sirvió una especialidad india que estaba muy buena, estaban impresionados con la cámara de fotos y sobretodo cuando veían las fotos en las que ellos salían.

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