martes, 22 de febrero de 2011

Archipiélago de Calamian

Las Islas Calamianes que componen este archipiélago situado al norte de Palawan es donde se hayan las zonas más vírgenes y espectaculares de la isla.


Embarcación filipina: "Banka" 
En la pensión dónde nos alojamos conocimos a Ita, un chico que después de hacer el servicio militar  obligatorio en Israel había decidio ir a ver mundo y a Taric un chico de origen marroquí que vive en París. Después de unas cuantas cervezas San Miguel  en la terraza (que os hemos de decir que San Miguel es de origen filipino) y de hablar de lo bueno y lo malo de la vida quedamos para hacer algo la mañana siguiente.
Aunque a media noche tuvimos que volver a la terraza, un invitado sorpresa que estaba comiendo pan de nuestra mochila, nos despertó con su ruido rodeor, ¿sabéis ya de que animal estamos hablando, no? y así conocimos a Juan, un chico enorme de Sudáfrica que viajaba con su novia Cecilia de China, que tampoco podía dormir.
Después de cambiarnos de habitación y dormir con un ojo abierto, quedamos todos y contratamos una banca ( es el nombre de las barcas típicas de Filipinas) y fuimos a explorar la Isla de Corón.

El primer destino fue el Lago Kagayan. Es increíble bañarse en un lago de agua dulce y cristalina, rodeado de enormes montañas escarpadas cubiertas de una densa vegetación que solo con bucear cerca de ellas podías ver desde donde yacían o meterse por sus cuevas  y todo esto perdido en  medio del Mar de la China Meridional.
En las aguas del "Lago Kagayan"
La siguiente parada, una zona muy rica en corales dónde pudimos ver entre ellos, peces de millones de colores y perlas resplandecientes casi del tamaño de una bola de golf.
Luego fuimos a comer a una playa de esas de postal dónde la arena es tan blanca que no se diferencia con el agua.


Más snorkel y esta vez Esther tuvo la suerte de ver un pez manta, es realmente sorprendente lo que te puedes llegar a encontrar en el agua.
Ya como último destino después de pasar por otra isla de aguas turquesas, fuimos a las Twin Lagoon. Dos lagunas de agua claras que para pasar de una a otra se había de bucear por una cueva.
Nos pusimos los chalecos salvavidas a forma de almohada y nadamos plácidamente rodeados de gigantescos picos escarpados y disfrutar de un gran silencio en un banco de bamboo en medio de la laguna.

LLegada a la "Twin Lagoon"
Lo pasamos en grande con nuestro grupo de exploración y pensamos que se nos había quedado corto pasar sólo un día con la banca con tantas islas que se podía ir a ver  ya que en Corón no hay playa y sino coges la banca te quedas en tierra y no puedes hacer nada.
Hablamos con un hombre que acababa de hacerse una banca e iba hacer el primer boat trip con nosotros. Sólo habíamos de pagar la gasolina y todas las provisiones necesarias corrían a nuestra cuenta.

Entusiasmados con la idea de sentirnos exploradores de verdad fuimos el día siguiente al mercado y compramos provisiones básicas para subsistir en islas completamente desérticas, obviamente no podían faltar unos litros de San Miguel y ron local.

Nuestro primer destino fue bucear por encima de un barco japonés hundido durante la Segunda Guerra Mundial, un espectáculo ver como los colares van incrustándose en el casco de un barco de más de quince metros de largo.

Vimos también otro barco hundido igual de espectacular cerca de un zona llamada "Coral Garden" , una de las zona más ricas en coral, su nombre lo dice todo. Corales de millones de colores diferentes con forma de seta, esponjas, peces tropicales (incluido el pez Nemo por supuesto).

Supongo que ya os debéis estar preguntando, ¿por qué no nos ponen fotos de todo este espectáculo marino que tanto repetimos?

El paraíso ya sabemos que existe tanto encima como debajo del mar pero no todo puede ser perfecto, en uno de los desplazamientos en la banca hacia un barco hundido se calló una bolsa que contenia entre otras cosas, las gafas con cámara incorporada que Víctor se había comprado con tanta ilusión en Bcn, una tragedia lo sabemos, pero no podíamos hacer nada  por recuperarlas así que a seguir gozando de esos paisajes paradisiacos inolvidables.

Fuimos a dormir a una isla repleta de conchas, a cual más bella. Oscureció, hicimos una hoguera en la  playa y cocinamos todo lo que habíamos comprado en el mercado.

Empezamos a beber cerveza conjelada San Miguel (no tan congelada como la de los aperitivos en La Manga...) y de repente nos trajeron langostas para acompañar nuestra cena, estaban buenísimas!
Apareció una luna color naranja increíble que empezó a caer tras el islote de enfrente poco a poco a ritmo de Frank Sinatra mientras nos bañamos en el mar y veías como al andar por la arena se iluminaban los pasos con el color fluorescente del plancton al removerse la tierra. Una noche memorable.
Oso hormiguero

A la mañana siguiente nos levantamos recogimos las tiendas  y reanudamos nuestra ruta. Paramos en una isla completamente redonda formada por arena blanca impoluta. Dimos la vuelta a la isla y no podíamos creer lo que nuestros ojos estaban viendo, preciosa. Bueno ahora es cuando nos vemos obligados a decir que una imagen vale más que mil palabras.


Después de bañarnos en la maravillosa isla fuimos a una isla habitada en busca de provisiones ya que decidimos alargar nuestra ruta y pasar otra noche más en otra isla. Compramos un calamar de 4,5 kg.
El calamar y nuestro capitán
Nos dirigimos hacia la "Black Island", donde pasaríamos la noche, su nombre se debe a las gigantescas montañas escarpadas de color negro como el carbón.
Además en las montañas había una cueva con agua dentro y nos bañamos,  increíble.
Víctor e Ita, plácido baño en la cueva
Ya a la mañana siguiente navegamos durante casi cuatro horas, nos pillo un poco de tormenta por el camino y desembarcamos de nuevo en Corón, aquí se terminaba nuestra expedición por las islas que forman el Archipiélago de Calamian  para el día siguiente tomar el ferry de vuelta a el Nido. Tenemos allí otro tour esperándonos, aunque este lo hemos contratado con banca privada sólo para los dos, muy regalados.

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