Y nos montamos en el bus con destino a Pai. Eso sí sufriendo 702 curvas con el divertido autobús local. Pai es uno de los lugares más escogidos por los tailandeses para pasar la nochevieja. Claro con tantísima gente en un pueblo los precios del alojamiento se triplican literalmente. Por lo que fuimos a una especie de camping con duchas y lavabo que se estaba muy bien la verdad.
El último día del año en Pai, una pueblo con mucho encanto y que parece que aún vivan en los 70. Paseamos un poco por los alrededores. Hasta cruzamos a pie el río!
Así empezamos el año! Fue una pasada ver todo el cielo iluminado de estos farolillos, parecían estrellas, y cada uno de ellos llevaba un deseo.
Empezamos el año a ritmo de reggae y ska con un grupo muy animado que también hacían bailes de cadenas de fuego.
702 curvas más y de nuevo en Chiang Mai para coger tren dirección Lampang.
2 comentarios:
Eh victor victor! Q pasada los farolillos de fin de año! Seguro q fue espectacular. Un abrazo!
qe grande la señal!!!!!!!!!!!!! es purisima!!!
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