De camino en el autobús hacia Mandalay coincidimos en una área de servicio con una pareja de austriacos muy simpáticos estuvimos hablando un rato con ellos, nos deseamos buen viaje y por casualidad nos los encontramos de nuevo en el hostel. Nos comentaron que habían conocido a un hombre que había sido monje pero después de la revolución de los monjes de 2007 dejó el budismo desde el punto de vista de monje y ahora se dedicaba a enseñar budismo, inglés y valores a niños que viven en un monasterio. Thura, así se llamaba el ex-monje que se ofreció a enseñarles toda la ciudad evitando tener que pagar por entrar a los diferentes puntos de interés. Y la pareja de austríacos, Norber y Anja nos ofrecieron visitar la ciudad con Thura. Aceptamos sin dudarlo. De buena mañana cogimos un pick up público y nos dirigimos a Sagain y Thura nos llevó a un monasterio para ver como los monjes tomaban su almuerzo. Fue increíble ver el silencio que se respiraba y el orden con el que esperaban recibir su comida.
Posteriormente nos ofrecieron desayunar en el monasterio, el almuerzo consistía a base de arroz, judías, espinacas con cacahuetes y de postre unos deliciosos dulces, vaya todo un desayuno de campeones que nos pegamos.
Una vez desayunados y agradecidos a la familia que nos invitó a ese delicioso almuerzo subimos a lo alto de la colina de Sagaing dónde vimos unas estupendas vistas repletas de pagodas doradas por todas partes.
Nos reunimos de nuevo con Thura y fuimos a Mingun dónde vimos la segunda campana más grande del mundo, un templo de mármol espectacular y un templo construido a base de ladrillos.
Los países con más peso en el continente asiático (India y China) al parecer no les importa mucho la situación en la que se encuentran los birmanos lo único que realmente les preocupa es poder seguir explotando todos los recursos naturales del país (oro, plata, madera de teca entre muchos otros) y como el gobierno sigue enriqueciendo sus arcas pues a ellos ya les va bien.
Bueno sigamos hablando de nuestro fantástico día con nuestros amigos austríacos y Thura. Después de visitar Mingún fuimos a un poblado para ver como viven las familias, que son muy numerosas en general. Fue increíble ver lo poco que necesita estas familias para estar todo el rato sonriendo y encantados de vernos interesados por su manera de vivir. Thura es un hombre que está muy acostumbrado a estar en contacto con viajeros que quieren recorrer los alrededores de Mandalay y gracias a él pudimos ver la manera real en la que vive la población más de cerca, a Esther le pintaron la cara con thanaka . Y nos permitió ver de nuevo la enorme generosidad y hospitalidad del pueblo birmano, son una gente encantadora y con muchísimas ganas de saber cosas sobre nosotros.
Fuimos a ver el atardecer a Amarapura dónde se haya el puente de teca más largo del mundo, disfrutamos una increíble puesta de sol.
Nos despedimos de Thura enormemente agradecidos. Nos subimos, juntos con la pareja austríaca, en el techo del pick up en dirección al hostel y a comer algo. Repetimos de nuevo el restaurante indio que estaba de nuevo exquisito.
Compramos los billetes de autobús para Hsipaw. Nos tomamos una Myanmar beer con nuestros amigos austríacos y nos fuimos a dormir que al día siguiente madrugón para coger el bus.
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