Nos agenciamos cuatro butacas del aeropuerto y dormimos como troncos en la terminal al sonido de la típica voz que va anunciando vuelos y más vuelos. Así quien no quiere seguir viajando no??
Bueno empieza nuestra aventura de nuevo en Tailandia. Fue como si volviéramos a empezar el viaje, ahí estábamos los dos de nuevo en inmigración esperando a que nos sellaran el pasaporte pero a diferencia de que ahora veníamos de todo lo que llevamos viajando.
Llegamos a Bangkok para enlazar otro vuelo a Hat Yai, donde tuvimos que pasar una noche, una ciudad que está a pocos quilómetros de Malasia y en casi toda la zona son musulmanes, fue curioso ver el cambio de culturas y manera de vestir en un solo día, de repente iban todos con velo.
Bueno nuestra primera isla en visitar en el sur de Tailandia, ha sido Ko Lipe, una pequeña isla situada en la Costa de Andamán. Que tras enlazar autobuses y autobuses llegamos al ferry que nos llevaría a la isla.
Tras un viaje muy agradable en la parte de arriba del ferry llegamos a Ko Lipe, Una buena manera de ver una isla obviamente es de la perspectiva de afuera. Vimos que estaba algo más construida de lo que esperábamos la verdad. Nos acercamos más y desde el propio ferry se veían manadas de peces.
Pisamos tierra cogimos un camino (asfaltado) y repleto de tiendas de todo tipo. Llegamos a la siguiente playa (Sunrise Beach) y la cosa cambiaba bastante, no obstante reiteramos que nos esperábamos algo menos masificado pero que demonios!!! hasta el momento es la única isla de este estilo que hemos visitado. Nos encontramos a un chico de la condal que conocimos los primeros días en thai y que trabaja en Ko Lipe de monitor de submarinismo, nos ayudó a encontrar alojamiento económico, dentro de lo que cabe claro...los precios de la islas estaban bastante inflados.
El primer día nos levantamos pronto y fue salir del bungalow y ver un agua turquesa con manchas de azul intenso que llevaban una de corales ahí abajo... Decidimos dar la vuelta a la isla de Ko Lipe, si así tal cual con unas gafas/cámara de agua y empezamos a caminar por la playa que pronto se acabó y empezamos a nadar por lugares repletos de frondosa vegetación y roca. Nos pusimos las gafas y al meter la cabeza por debajo del agua y mirad todo el mundo marino que contemplamos:
Estamos empezando a pillarle el truco a las gafas/cámara. La sensación de cuando estábamos buceando por esos paisajes marinos era totalmente nueva para nosotros. Vimos corales de colores increíbles que se abrían y cerraban, esponjas gigantes y una infinidad de peces tropicales de millones de colores. Inolvidable.
Entre tantos nos topábamos con playas para descansar un rato donde se alanzaban enormes rocas que posteriormente teníamos que trepar por ellas.
Seguimos nadando y vimos que estábamos en el momento en el que si seguíamos dando la vuelta a la isla nos quedaríamos en mar abierto y las corrientes no son broma os lo aseguramos! empezamos a notar oleaje y las rocas con los bonitos corales puntiagudos jeje. Tuvo su dosis de adrenalina la exploración, lo demostraba nuestra piel!.
Al día siguiente decidimos ver dos islotes que había en frente de Ko Lipe y visitar la enorme isla de Ko Adang. Para ello alquilamos un kayak.
Remando, remando llegamos al primer islote y la fauna marina era de nuevo todo un recital. El color del agua cristalina permitía ver peces desde el mismo kayak.
Nos dirigimos hacia el segundo islote y nos encontramos con una playa que estábamos absolutamente solos con estos parajes delante de nuestros ojos.
Todo muy bonito y perfecto pero el gran islote Ko Adang nos estaba esperando delante nuestro. Una isla con una montaña y un bosque frondoso que a primera hora de la mañana había nubes que tapaban la cima de la isla.
Llegamos, aparcamos el kayak. Tan solo había diez cabañas, un centro de información y un restaurante, nada de la calle occidental que habia en Ko Lipe. Comimos un buen plato de arroz lo pagamos con billete de 100 baths pasado por agua y nos estiramos en una playa inmensa con una frondosa pineda al final. Más tarde empezamos a explorar la isla subiendo por un camino en medio de la jungla. La dura subida descalzos dio de sobras su recompensa, Ko Lipe desde un mirador de Ko Adang.
Lo curioso de todo es que nos nos cruzábamos con un solo turista en todo el día ya que la mayoría estaban en la misma playa lo que provocó que gran parte del día estuviéramos en lugares muy tranquilos
Nuestra primera experiencia en las islas genial aunque vamos en búsqueda de una isla menos turística. Aún así el entorno y los parajes que hemos visto han sido espectaculares.
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