sábado, 23 de abril de 2011

Blue Mountains

Teníamos ante nosotros más de mil kilómetros de carretera. Fue ahí dónde entendimos las magnitudes de este gigantesco país dónde la mayor parte de su territorio está totalmente deshabitado. Condujimos y condujimos por zonas totalmente remotas dónde lo único que pasaban eran las típicas bolas de paja que ruedan por la carretera dándole un toque al lejano oeste!


La puesta de sol que contemplamos ante una llanura de enormes dimensiones fue alucinante, una bola roja gigantesca poniéndose ante nosotros hasta ver como desaparecía dejando un filo que parecía que hubiese un lago que hiciese reflejo en el infinito.


Una experiencia única la de cruzar casi la mitad del país. Eso sí, lo único que tuvo de negativo es que por esa ruta no circulaba ningún tipo de turismo únicamente trailers de 15 metros y de magnitudes enormes  que iban a velocidades estratosféricas y los adelantamientos con nuestro pequeño micromachine se hacía toda una odisea!

Esa madruga se jugaba el clásico y en Australia el único lugar donde uno puede cazar wifi gratis es en los McDonalds así que empezamos a conducir con la condición que sólo pararíamos hasta encontrar un McDonalds y los kilómetros y las horas iban pasando y la noche se nos echó encima y en Australia no es recomendable conducir de noche ya que te puedes encontrar cualquier tipo de animales y así fue que si frenazo porque había un grupo de canguros en medio de la carretera que si conejos que si liebres y las fuerzas se iban consumiendo hasta ya no poder más y lo peor sin encontrar un McRata! Decidimos para a dormir un rato y probar suerte en el pueblo de al lado, nos pusimos la alarma y todo, y ahí estábamos de nuevo a las 5 de la mañana otra vez en ruta y de repente en el pueblo que menos parecía que iba a ver el centro de comida basura, ahí estaba, jamás pensamos que nos alegraríamos tanto de ver un McRata! Bueno el transcurso del partido no hace falta que comentemos nada simplemente decir que que suerte tenemos de ser culés!

Llegamos al Parque Nacional de las Blue Mountains totalmente destruidos y aparcamos el coche en medio de un bosque echamos los asientos para atrás al estilo taxista y a dormir la mona! Ya después de haber descansado contemplamos las alucinantes vistas del Gran Cañón!


Luego fuimos al famoso mirador de "Echo Point"donde se alzan tres magestuosos rocotes llamados "Tres hermanas". Vimos la puesta de sol ahí, muy bonita.




Cenamos barbacoa de nuevo y dormimos en un mirador con una luna llena resplandeciente.


 Pasamos una noche un poco mala ya que durante la noche las temperaturas bajaron hasta los cinco grados y claro después de haber estado casi un año sin saber lo que es el frío el cuerpo no está del todo acostumbrado.
Al día siguiente a primera hora de la mañana dimos un paseo por los senderos, perfectamente cuidados, del parque nacional y llegamos hasta la Cascada de Katoomba.


Después de pasar unos diez días de ruta por Australia y recorrer más de 3.000 km, nos dirigimos de nuevo hacia Sydney dónde pasamos un soleado día paseando por las playas de la ciudad y viendo a los numerosos surfistas montados en las olas y mucha gente haciendo ejercicio, fuimos al aeropuerto para ir a nuestro último destino, Nueva Zelanda!

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Parques Nacionales: Grampians NP y Mungo NP

Dejamos la maravillosa ruta de la Great Ocean Roat para dirigirnos hacia uno de los parques nacionales más grandes del estado de Victoria, Grampians Nacional Park.
Al llegar nos dijeron que gran parte de las carreteras del parque y los conocidos balcones estaban cerrados debido a las fuertes inundaciones que se produjeron meses atrás.
Compramos algo de carne e hicimos una barbacoa en el parque, en Australia la mayoría de parques tienen barbacoas eléctricas, y ya bien alimentados fuimos a subir el monte Hollow.
La ruta no fue muy larga pero tuvimos que subir medio escalando hasta la cima y la recompensa no pudo ser más grata, vimos unas vistas increíbles y además la puesta de sol.



La amplitud del pasaje era del tal que daba a recordar a la sabana africana donde parece que la llanura jamás acabe. Tuvimos que bajar como rayos ya que el sol estaba empezando a ponerse y el color rojizo de la montaña que teníamos ante nosotros era indescriptible.

Dormimos, como no en nuestro pequeño carro, en medio de la nada y a la mañana siguiente subimos otro monte y vimos pinturas aborígenes.



Ya con la sensación de haber visto bastante del Parque Grampians nos dirigimos a otro parque nacional llamado Mango Nacional Park.

 Debido a todos los contratiempos que os hemos ido explicando en tierras australianas tuvimos que suprimir algún destino que estaba en la ruta prevista y uno de ellos era ir al desierto del Uluru y como nos quedamos con ganas de desiertos fuimos al parque nacional de Mango, la experiencia fue muy interesante a pesar de que no nos dejaron caminar por dentro de las formaciones rocosas por motivos un poco extraños pero bueno...

Estuvimos conuciendo por carreteras de tierra totalmente desérticas ( nunca mejor dicho) hasta llegar a dicho parque y visitamos la parte más conocida llamada " the Walls of China". Dunas de tierra rocosa de una longitud incalculable.


Después de nuestra experiencia en el desierto decidimos poner rumbo a nuestro próximo destino, las Blue Mountains.

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viernes, 22 de abril de 2011

Recorriendo la Great Ocean Road

Aterrizamos en el aeropuerto low-cost de Melbourne, Avalon y ahí nos estaba esperando nuestro super coche un Suzuki Swift, un pelín más grande que un Smart pero no mucho más! No gastaba nada de combustible y cabíamos estirados para dormir, no necesitábamos nada más.

El primer día, como llegamos a media tarde condujimos poco y paramos a dormir en una playa cercana, Bell Beach, donde se celebran campeonatos del mundo de surf.

A la mañana siguiente empezamos la ruta por la Great Ocean Road pero el tiempo no acompañaba, lluvia intensa no paraba de caer durante todo el trayecto. La carretera preciosa, recorría todo el océano cruzando por encima de acantilados dónde rompían las olas con un mar enfurecido de verdad. Lo bueno que tiene ala lluvia es que cuando sale un rayo de sol te puede regalar estampas como ver el arco iris cruzando toda la Great Ocean Road.


De camino íbamos haciendo centenares de paradas contemplando la belleza de los diferentes paisajes de esta bonita carretera. Paramos en unas cascadas en medio de un frondoso bosque de Lorne.


De camino al Faro de Otway, vimos un bosque repleto de koalas y vimos el faro más antiguo de Australia.


Comimos, como no pan al chopet, y fuimos a ver los doce apóstoles, uno de los lugares más visitados en Australia! No nos extrañó ya que son un conjunto de formaciones rocosas que se levantan en medio del océano. Espectacular!



Toda la zona estaba repleta de acantilados erosionados por el fuerte oleaje que rompe en ellos, es espectacular!

panorámica del conocido "London Bridge"

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De nuevo en Brisbane...

Aterrizamos de nuevo en Brisbane y nada más salir del aeropuerto, fuimos al parking y le preguntamos a un señor mayor que conducía una ranchera si nos podía acercar a la ciudad, aceptó sin ningún problema, parecía que todo iba rodado!
Quedamos de nuevo con Guille y Alba con la intención de quedar con la señorita Marie, que así se llamaba la propietaria del supuesto coche que teníamos que adquirir entre Guille, Alba, y nosotros. La jugada era redonda, comprábamos el coche entre cuatro, nosotros lo utilizábamos para recorrer todo el país y luego ellos se lo quedaban hasta que se fuesen.
Pero como todo en esta vida la teoría no siempre concuerda con la práctica y cuando ya estaba todo atado llamamos a Marie y le dijimos que antes de efectuar la compra queríamos que el coche pasara una revisión y fue ahí donde empezaron las diferentes excusas y la apretamos un poco más y acabó reconociendo que el coche necesitaba una reparación de unos 1.000 dólares. Nos hundimos. Habíamos volado expresamente de nuevo a Brisbane para comprar ese coche ya que Guille quedó la tarde antes con la pareja de francesitos y todo parecía correcto y no comentaron nada de averías !
Le enviamos un mensajito bien caliente para desahogarnos a la amiga francesa y sacamos la parte postiva del asunto, ya que estábamos de nuevo en Brisbane y con una compañía inmejorable y en un hogar con cocina, ducha, lavabo cosas que a primera vista parecen totalmente normales pero cuando uno no las tiene se echan mucho de menos, os lo aseguramos, visitamos la ciudad.



Recorrimos la ciudad por la noche  y Guille nos hizo una ruta por su ciudad por la noche y él mientra iba empapelando la ciudad de currículums! Ya tiene curro el tío!


Después de pasar unos días de paseo por Brisbane y lo mejor comiendo las especialidades de Alba como ese delicioso Risotto que cada día nos acordamos de él y esas increíbles cookies que nos atiborramos a más no poder decidimos que la mejor alternativa, por mucho que nos jodiese ( ya perdonaran el volcabulario) era volver a Melbourne y alquilar un coche para recorrer la zona que queríamos, la Great Ocean Road.

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sábado, 9 de abril de 2011

De Brisbane a Melbourne vía Sydney

faro de Byron Bay
Nos enteramos que había una manera barata de recorrer este enorme país, llamada "relocation" que básicamentente se trata de conducir coches de una ciudad a otra y te pagan gran parte del combustible. Así fue hicimos una llamada y reservamos la Campervan para el día siguiente. Guille nos acompañó al sitio dónde habíamos de recoger el vehículo y nada más llegar nos quedamos alucinados con las dimensiones de la campervan, se asemejaba más a un trailer que a una furgoneta propiamente dicha. 

Después de analizar un tiempo si realmente íbamos a conducir nuestro camión de Brisbane a Melbourne ya que el además tenía un consumo de unos 16 litros cada 100km y claro ese coste entre dos como que no es del todo sostenible.

Preguntamos:" Oye Guille tío porque no os venís con nosotros, puede ser genial nos saldrá tirado!" En 10 minutos ya teníamos el plan montado nos íbamos los cuatro de ruta con 2000 km por delante. 

Nuestra primera para fue Byron Bay, un pueblecito surfero con mucho encanto, el el surf es el deporte rey por excelencia. Subimos al faro y contemplamos unas vistas estupendas de las larguísimas playas de la zona.

Playa de "Tallow"
Condujimos unos 200 km más hasta llegar al agradable pueblo de Yamba dónde hicimos la cena en nuestra lujosa campervan y mirad que bien nos lo montamos! Vino y pincho de tortilla para cenar!muy español!


Dormimos y al día siguiente contemplamos un amanecer sublime desde un rompe olas.

rompeolas de Yamba

Nuestra campervan
Íbamos haciendo diversas paradas en los diferentes pueblos costeros y en Nambucca visitamos un mirador "Capitán Cook" con unas vistas al océano insuperables! Y nos hicimos una barbacoa en el Parque Nacional de Hat Head, riquísima!


Hicimos una última en Port Macquarie antes de llegar a Sydney en un pueblo curiosos dónde el rompeolas del paseo marítimo estaba repleto de rocas coloreadas de diferentes colores y dibujos.


Llegamos bien entrada la noche a Sydney y contemplamos la famosa ópera de Sydney de noche.
Mucho más bonita en la realidad que en las fotos. Paseamos por la zona y vimos el movimiento de la ciudad por la noche.

Nos fuimos a dormir muy tarde entre pitos y flautas y a la mañana siguiente nos levantamos lo antes posible y empezamos nuestra ruta turística.
Las primeras impresiones de la ciudad no pudieron ser mejores, moderna, limpia, ambiente... lo tiene todo vaya!




Cruzamos el puente que cruza a la otra parte de la la ciudad donde pudimos contemplar toda la bahía desde lo alto.



Cogimos nuestro camión de nuevo y fuimos para la conocida playa de Bondi Beach. Jugamos con las olas mientras los vigilantes de la playa con un megáfono gigante decían que no nos bañáramos fuera de la zona marcada. 


Y ya sin pensárnoslo Guille y Víctor se pusieron manos a la obra como buenos camioneros y empezaron a engullir kilómetros y kilómetros dirección Melbourne.
Hicimos una parada para dormir un rato al lado de un submarino gigante y así poder seguir a la mañana siguiente.
La hora límite que teníamos para devolver el camión era las 15.00h y a 130 km de Melbourne decidimos que íbamos con tiempo y paramos a cocinar unos espaguetis  como dios manda con toda la calma del mundo y claro luego el tiempo se nos echó encima y llegamos al lugar por los pelos!
Volvimoos a tirar de Couchsurfing (para no pagar alojamiento carísimo y conocer gente nueva) y no pudimos caer en mejores manos, recibimos un mensaje de un chico llamado Callum. Llegamos a Melbourne y lo llamamos preguntándole si era posbile alojarnos los cuatro en su casa y no únicamente dijo que no había ningún problema sinó que también nos preguntó si nos gustaba la pasta a la boloñesa. Llegamos a su casa y junto con sus compis de piso nos habían preparados una deliciosa cena. Bebimos vino estuvimos hablando con ellos y nos fuimos a dormir.


Nos levantamos pronto para visitar la ciudad, Melbourne es una fusión perfecta de arte moderno combinado con catedrales y edificios antiguos y toda la ciudad está repleta de tranvías que te llevan a cualquier parte de la ciudad. La arquitectura moderna de los edificios es increíble junto con las numerosas galerías de arte hacen que Melbourne se convierta en un lugar encantador para pasar unos días.



Nuestra primera visita fue al Parlamento y a la catedral de San Patrick y a la plaza de Federation Sq. que es una mezcla de edificios modernistas repletos de galerías en los que la entrada es completamente gratis y tienen obras de arte de todo tipo. 


Luego paseamos por el principal puente que cruza la ciudad y contemplamos los rascacielos desde el otro lado del río

Como hacia buen día compramos comida para hacer un pic-nic en el Botanic Garden, una auténtica obra de arte en medio de la ciudad. Empezamos a caminar por dentro de los jardines y no daba la sensación de estar en una gran ciudad, lo único que oíamos eran los diferentes ruidos de los pájaros en los jardines que estaban cuidados hasta el último detalle.

En uno de esos momentos que estábamos caminando por la ciudad Guille recibió una llamada que inicialmente pensaba que era una broma de una chica diciendo que vendía un Ford Falcón a un precio razonable. Bueno Guille le dijo que esa misma noche volaban a Brisbane y que si quería podían quedar por la tarde.
Nos despedimos de Alba y Guille y en función de lo que Guille considerase del estado del coche quizás volvíamos a Brisbane a por el coche.
Dejamos el tema apartado y fuimos a casa de Callum a cocinarles una tortilla de patatas de 12 huevos, 6 patatas y 2 cebollas, toma ya! Nos salió genial y junto una botella de vino australiano exquisita y unas partidas de poker pasamos una noche genial!
A la mañana siguiente fuimos a la National Galery of Victoria, una de las galerías más importantes de la ciudad. Vimos unas cuantas exposiciones y quedamos con Callum para hacer otro pic-nic en los jardines botánicos.

Mientras estábamos gozando de un pic-nic recibimos una llamada de Guille diciendo que el coche estaba bastante bien. Nos pusimos en marcha, fuimos a mcdonalds a por free wifi y nos pusimos a mirar vuelos y seguros para el coche. En una de esas que Guille le envía un mensaje a la vendedora diciéndola mira el seguro nos sale muy caro pagamos la mitad del valor del coche en cash, acepta, no lo dudamos y compramos un vuelo para Brisbane para el día siguiente, esta vez a buen precio.
El problema es que en Melbourne hay dos aeropuertos y claro nuestro vuelo salía desde el low cost que es el que está más apartado de la ciudad pues el cameponísimo de Callum se levantó a las 4 de la mañana y nos llevó hasta el aeropuerto, nos despedimos con un abrazo enorme y eternamente agradecidos.
Probablemente lo volveremos a ver ya que en junio es él quien empieza un largo viaje por Asia y Europa, por lo que si viene a la condal tiene alojamiento y lo que necesite asegurado. Un tipo genial la verdad!

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AUSTRALIA (los inicios nunca fueron fáciles...)

Cambiamos de continente y con ello todo lo que acarrea. Sólo aterrizar en el aeropuerto de Darwin era como si viniéramos de otro mundo completamente diferente. Ahora ya no había nadie en la puerta del aeropuerto ofreciendo transporte, alojamiento, tours o cualquier otra cosa.
Nada más llegar ya pudimos apreciar lo caro que iba a ser la vida en Australia, los taxis eran carísimos...así que sin dudarlo cogimos nuestras mochilas, salimos fuera del aeropuerto e intentamos parar a coches para que nos llevaran a la ciudad.
No hubo mucha suerte ya que eran las cuatro de la madrugada pero en una de esas nos encontramos un billete de 5 dólares! Pensamos que la suerte de nuevo que estaba de nuestro lado y volvimos al parking de la terminal en búsqueda de alguna alma caritativa que nos quisiera acercar al centro de Darwin.
Acabamos parando a un coche y una encantadora mujer aceptó encantada en llevarnos al centro a pesar de que ella iba en dirección opuesta, empezamos a darnos cuenta del carácter encantador de los australianos que ya nos habían comentado otros viajeros.
Llegamos al centro de la ciudad, muy pequeñita y la verdad con poco por visitar, y vimos que los alojamientos eran caros no, lo siguiente, así que decidimos esperar a que la ciudad se pusiera en movimiento y empezar nuestro rastreo de mercado para intentar comprar un coche que esa era la intención para recorrer el país.

Fuimos a los diferentes albergues de mochileros y todos los anuncios de coches eran los mismos.
Como todos sabemos en el mundo que vivimos que es el mismo que se vive en Australia el hecho de tener móvil se convierte en un elemento imprescindible y claro nosotros no teníamos y parar llamar a los anuncios de coches teníamos que ir preguntando a la gente que nos dejara hacer alguna llamada y todas las llamadas que hacíamos eran en vano y o bien ya se habían vendido los coches o los coches que veíamos eran caros y no tenían pinta de fiables la verdad.

El cansancio y la desesperación empezaron a hacer mella y rápidamente vimos que el encontrar coche se iba a convertir en una tarea mucho más difícil de lo que pensábamos.

Ya a la mañana siguiente sin fuerzas, seguimos con la búsqueda de coches e imposible, nos decían que Darwin era una ciudad con muy poco movimiento y que nos resultaría complicado encontrar algo por el precio que nosotros estábamos dispuestos a pagar. 

Por suerte llegaron Loles y Fernando que habían estado viajando y viviendo en Australia unos meses y el estar con ellos nos dio muchos ánimos y fuerzas. Nos ayudaron un montón haciendo varios viajes al aeropuerto en búsqueda de billetes para salir de esa maldita ciudad en la que nos habíamos quedado atrapados sin saber que dirección tomar.


Compramos dos billetes, que nos costaron ocho ojos de la cara y más, para Brisbane. No lo dudamos pagamos el dineral con la intención de salir de ese callejón sin salida e intentar encontrar algo mejor en la otra costa del país! Llegamos a Brisbane y lo primero que hicimos fue llamar a Guille y a Alba para decirles que estábamos en su ciudad y lo asustados que estábamos con los elevados precios de este país!
Nos acogieron con los brazos abiertos, nos ayudaron absolutamente en todo y siempre les estaremos eternamente agradecidos por la manera en que nos trataron!!

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